Oye, ¡qué novios tan enamorados!
Perdón, ya marido y mujer.
Una sesión de amor pura y dura, de las más cómodas que han hecho conmigo, y ya van tres. En la sesión de preboda, Nasser no podía dejarse llevar con su vergüenza, aunque al final ya se sintió mejor y confesó que no estaba tan mal. En la boda los sentimientos de la pareja estaban a flor de piel, y yo pasé desapercibida para captar los mejores momentos. Como si fuera invisible. Y en esta postboda, tranquilidad máxima, confianza y amor. Mucho amor.
Cuando llegué a casa se lo dije a Brenda... chicos, estáis guapísimos. Y este es el resultado, juzgad vosotros mismos. ¿Está presente la felicidad o no?
❤
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